En la investigación del desarrollo de la rama de los «Scouts Mayores» es necesario retroceder a enero de 1914, fecha en que se formo la Sociedad amiga de los Scouts, como Hermandad de Scouts Mayores. Las miras de esa sociedad, que quedo registrada ese año, se hallaban contenidas en el proyecto original en la forma siguiente:
«(1) Conservar a los muchachos Scouts en contacto los unos con los otros y en contacto con el Movimiento Scout después de dejar la Tropa y entrar de lleno a la lucha por la vida.
(2) Conservar el ideal de buena ciudadanía que les ha sido inculcado a los Scouts.
(3) Atraer hacia el Movimiento a los jóvenes que no hayan sido Scouts, proporcionándoles oportunidad de servir a su Patria.»
Tal sociedad ha existido y florecido desde entonces en forma satisfactoria, pero su idea original amplia no pudo desarrollarse a consecuencia de la guerra que tuvo principio en agosto de 1914. Es interesante, sin embargo, tomar nota de lo que B. P. escribió en junio de 1914: «Por medio de los centros locales de esta asociación, esperamos proveer clubes en todos los núcleos escultas, en los cuales puedan conservarse en contacto los Jefes de Tropas, los antiguos Scouts y todas aquellas personas que se interesen por el Movimiento. La única condición para pertenecer a dichos centros es ayudar al Movimiento Scout en la mejor forma que pueda cada uno. Es el propósito establecer entre los antiguos Scouts, rangos y deberes, por medio de los cuales puedan conservarse en contacto con los ideales del Escultismo y al mismo tiempo ser de utilidad a los Scouters y a los Scouts.»
El problema de los antiguas Scouts continuaba ocupando la atención y aguzando el ingenio de los Comisionados y de los Scouters, lo que dio por resultado la formación de clubes de antiguos Scouts en conexión con muchas Tropas, siendo uno de los primeros, el club San Jorge, de la primera Tropa de Colchester. Estos experimentos hicieron por largo tiempo y hemos venido considerando útil constituir una rama «de Scouts Mayores». Pero nos queríamos abstener hasta la terminación de le guerra. Acontecimientos recientes han colocado esta cuestión en primera línea y la pregunta ahora es que medidas deben adoptarse en un futuro cercano. Parte del adiestramiento de los Scouts Mayores tendría naturalmente que incluir el someterse a pruebas para adquirir insignias cuyas normas fueran superiores a las de los Scouts, y con vista a especializarse en alguna rama de la industria, del comercio. Etc., para que esto les fuera útil en la vida futura».
Unos meses más tarde se promulgó un más definido esquema basado en un problema triple:
«(1) Cómo mantener a los antiguos Scouts bajo in-fluencias benéficas.
(2) Qué hacer con tantos Scouts que volvían del Servicio Militar ansiosos de reanudar el trabajo con su Tropa.
(3) Qué hacer con aquellas muchachos que a los 16 ó 17 años descubrían la existencia del Escultismo y eran ya demasiado grandes para inscribirse en una Tropa formada por muchachos de edad muy inferior.»
Se principió por obtener los puntos de vista de las Comisionados y de los Scouters y por hacer experimentos con «Scouts Mayores», «Scouts de Servicio», «Scouts de Comercio», y otros por el estilo, acabando por escribir un folleto que apareció en septiembre de 1918 y que se llamó «Reglamento de los Rovers». Este folleto constituye el punto de partida de la sección Rover en el movimiento Scout. Este reglamento, como era natural, fue de índole provisional y ha requerido considerables cambios y revisiones conforme los años han ido pasando; pero vale la pena hacer notar que en dos años se hicieron diez ediciones con 26,500 ejemplares.
El siguiente paso fue la publicación en dos partes, abril y noviembre de 1920, de Notas sobre d adiestramiento de los Rovers. El cambio más interesante e importante hecho hasta entonces fue el aumentar la edad mínima de los 15 a los 17 años y medio.
El primer comisionado de Rovers, de la Oficina Central, fue el Coronel Ulick de Burgh, quien había estado asociado a B, P. y al Escultismo desde un principio. Era el indicado para dirigir el Roverismo en sus etapas iniciales y a su muerte dejó tras de sí una impresión profunda y duradera en la vida e ideal de muchos Rovers y Clanes establecidos al través del país.
La primera ocasión que tuvieron los Rovers, y el Movimiento Scout en conjunto, de presentarse ante el público, fue durante el Jamboree Internacional, celebrado en Olimpia en agosto de 1920. Tras bambalinas, des-empeñaron diferente trabajos en los distintos campos, y con tan buena voluntad que desde entonces, quedó establecida y reconocida firmemente esta nueva rama.
El siguiente paso importante en su desarrollo fue la publicación que B. P. hizo de su libro Roverismo hacia el éxito, en noviembre de 1922. Ese libro estaba dirigido a los muchachos mismos, con la intención de estimularlos, inspirarlos y aconsejarlos, como Rovers; pero no se ocupó de establecer para ellos o para los que los dirigían las actividades que habían de desarrollar ni la forma de hacerlo. Como era de esperar, el libro se vendió ampliamente y logro mas que nada, entre los Rovers y otras personas, presentar a su consideración las enormes posibilidades del Roverismo.
Hasta entonces no se había hecho ningún ensayo para establecer pruebas definidas de la eficiencia Rover; pero en la edicion de Programa, Organisación y Reglamento de 1923 apereció la primera serie independiente de Pruebas Rover.
En el Jamboree Imperial en Wembley, de 1924, de nuevo demostraron los Rovers su eficacia, quedando a cargo de ellos trabajos tales como los de policía, guías, encargados del servicio de transporte ferroviario, etc.
En noviembre de ese año, la ceremonia de Investidura del Rover, sugerida por B. P., fue usada por primera vez.
El crecimiento y desarrollo fue lento pero continuado, a pesar del gran numero de opiniones distintas expresadas por Scouters y Clanes en materia de detalle, y el desaliento se hacía sentir por la lentitud del progreso y la poca inclinación de los Scouts de pasar a los Clanes. Debemos hacer constar que es un error desestimar las dificultades que trae aparejada el que los muchachos, entre la edad de 16 y 18 años, quieran continuar en el Escultisno; dificultades ocacionedas por las multiples influencias extrañas que se ejercen sobre el tiempo y los deseos del muchacho. «Es un error creer que el cien por cien de los Scouts se van a convertir en Rovers; No existen en realidad suficientes razones para esperarlo». Sería mejor que sólo lo hiciera un cincuenta por ciento y contentarse por el momento con que lo haga el veinticinco por ciento. Existen ventajas definidas en que alrededor de esta edad los muchachos se tomen unas vacaciones de Escultismo.
Sin embargo, en la Pascua de 1926 se efectuó en Londres la primera reunión de Rovers, en forma de «Moot». El Albert Hall, la noche de Pascua, se encontraba lleno de Rovers llegados de todas partes de las Islas Británicas para presenciar la representación de la Ceremonia de Investidura de Caballería al estilo de la Edad Media. El «Moot» concluyo con una conferencia en que se discutieron importantes puntos y problemas Entre los puntos discutidos figuró el de los Scouters diplomados que debían servir de Guía en los Clanes de Rovers.
Esta cuestión particular de los Guías la hicieron importante los Rovers mismos. Se había seguido mas o menos la idea de que los «Rovers debían dirigirse a sí
Mismos», pero la necesidad de una dirección y guía especial quedó allí expresada de manera definitiva. El número creciente de Clanes de Rovers hizo sentir también la necesidad de un reajuste en la organización de la Asociación de Scouts, para dar lugar a esta nueva sección. Este asunto se trató de lleno en la Conferencia Scout abierta que se celebró en Bournemouth en 1927 y que dio por resultado: la formación del sistema de Grupos con Scouters diplomados, como Jefes Rover de Distrito, Jefe Rover y Subjefe Rover; diplomas que se otorgaron por primera vez en 1928. De hecho se dio tal importancia a la cuestión de dirección que en la actualidad no puede fundarse ningún Clan de Rovers sin que antes se haya previsto cada dirección, por cualquiera de estos tres caminos separados.
Otro «Moot» se celebro en Birmingham en Pentecostés de 1928 y en él se hizo la crítica severa de las pruebas de les insignias de los Rovers. Como resultado de los diferentes puntos de vista, se enviaron circulares a todos los Clanes y se celebró una conferencia de representantes de los Jefes Rover, en Londres, hacia fines de ese mismo año. A consecuencia de ella, se decidió acabar con las pruebas existentes substituyéndolas por ciertas condiciones de admisión. Estas condiciones entraron en vigor en febrero de 1929, habiendo tenido corta existencia, como se verá después.
Agosto de 1929 será siempre una fecha memorable en el Escultismo, pues fue entonces cuando se celebró el Jamboree de la mayoría de edad del Escultismo, reuniéndose en el campamento de Arrowe Park cincuenta mil Scouts. Toda la parte administrativa de este Jamboree estuvo a cargo de Scouters ayudados animosa y virilmente por un considerable número de Rovers. Esta ayuda y trabajo echo por los Rovers pareció haber sorprendido a muchas personas a juzgar por las alabanzas expresadas, pero después de todo, era de esperar que el Escultismo pudiera proporcionar los elementos necesarios para hacerse cargo de una reunión de esta magnitud. Lo contrario habría demostrado que no valía nada. Los Rovers que ahí intervinieron estaban sumamente complacidos de que se les hubiera presentado la oportunidad de demostrar su gratitud al Escultismo por lo que de él habían recibido, y, al mismo tiempo, de mostrar el valor de su adiestramiento. Con toda intención refiero esto por el peligro que existe de dar demasiada importancia al trabajo espectacular que se hace en ocasiones como esta y en que se pasa por alto el trabajo de los Clanes y de los Rovers individualmente, trabajo que se ha desarrollado al través de los años de una manera callada y en el que han tomado parte principalmente el Jefe de Manada y el Jefe de Tropa al dirigir los primeros pasos del adiestramiento del Rover.
Debemos sacar provecho de nuestros errores, y sin duda fue un error él apresurarnos a aceptar las condiciones para la inscripción propuestas en la Conferencia de Jefes Rover de 1928, sin haberla meditado bien, por las repercusiones que traería, y sin consultar al Escultismo en conjunto. Estas condiciones fueron objeto de amplia discusión en 1930 y particularmente en la Conferencia Scout abierta de Birmingham, en abril de ese mismo año, en la que la Oficina Scout presentó varias proposiciones.
Como resultado de una encuesta e investigación más completa, en junio de 1930 fue puesto en ejecución el programa y reglamento Rover que aun está en vigor.
Las modificaciones que se hicieron en 1938 solamente ampliaron dicho programa, pero en ningún sentido se apartaron de él. En agosto de 1930 se celebró un tercer Rover Moot nacional en Auchengillan. En los campos Scouts de Glasgow, y en agosto de 1931, en Kandersteg, Suiza, un Rover Moot mundial. A este Moot mundial asistieron tres mil Rovers de veintitrés naciones distintas y de quince de la Comunidad Británica. De entonces parte la aceptación del Roverismo por la Hermandad Mundial de los Scouts y el augurio de su éxito en el futuro.
Un segundo Moot mundial tuvo lugar en Ingaroo, Suecia, en 1935, siendo el Jefe de Campo del «Moot» Su Alteza Real el Príncipe Gustavo Adolfo de Suecia. Este «Moot» fue más representativo aun que el primero e incluyó un contingente británico de mil doscientos Rovers. El escenario de bosques y de mar contribuyó a cimentar aun más los sentimientos de amistad y buena voluntad que forman el alma del Escultismo.
fuente: http://www.geocities.com/valerina_scout/rovers/historia.htm
2 Comentarios.
Hola, una apreciación.
El folleto «Reglamento de los Rovers» aparece publicado en Septiembre 1918 y contrario a lo que aparece en tu documento 1910.. Imagino fue error de transcripción.
Buen remar
Hola Benjamín! Gracias por tu aportación. Lo hemos corregido. Buena Caza y Buen remar